DEUDA
EXTERNA
Se
dice que existe una deuda cuando una persona, empresa o entidad, al que se le
llama deudor, tiene el compromiso de entregarle bienes, servicios o dinero a otra,
denominada acreedor, de la cual generalmente ha recibido un préstamo de
algún tipo anteriormente.
Los
préstamos pueden ser tramitados por personas, empresas, Estados, bancos
u otras organizaciones que necesiten o quieran prestar recursos. Éstos,
naturalmente, han de cumplir con algunas condiciones, como por ejemplo la determinación
del tiempo durante el cual se retornará el valor del préstamo, la
forma en que éste debe ser retornado (abonos mensuales, trimestrales, anuales,
etc.) y el costo que asume la persona que toma el préstamo, el cual, generalmente,
está determinado por una tasa de interés y que se traduce en el
pago periódico de intereses.
La
deuda externa es un tipo particular de deuda en la cual la persona, entidad, banco,
empresa, etc. de la cual el deudor obtiene un préstamo es del exterior
(o sea que no reside en el país del deudor) por lo que, la mayoría
de veces, el préstamo que toma el deudor se realiza en moneda extranjera.
Los gobiernos nacionales son unos de los principales entes que se endeudan a través
de deuda externa. Sin embargo, en un país, los gobiernos de las ciudades,
departamentos, municipios o las entidades oficiales, también pueden asumir
deudas de carácter externo de forma independiente, aunque tales deudas
generalmente son respaldadas económicamente por el Estado.
La
deuda externa es un mecanismo muy efectivo por medio del cual se obtienen recursos
para distintos propósitos. Por ejemplo: un país puede asumir una
deuda externa para obtener recursos para llevar a cabo obras sociales (escuelas,
hospitales, capacitaciones), obras de infraestructura (carreteras, puentes, acueductos,
telecomunicaciones) o para otro tipo de necesidades o propósitos (déficit
fiscal). Una empresa, por ejemplo, puede buscar deuda externa para introducir
nueva tecnología en su fábrica o para ampliar su capacidad de producción.
Quienes
prestan dinero a los países, empresas o cualquier otro deudor, pueden ser
organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco
Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Interamericano
de Reconstrucción y Fomento (BIRF), bancos privados, gobiernos de otros
países, inversionistas internacionales, etc.
De
la misma forma como la deuda externa es una manera efectiva para obtener recursos,
ésta, sí no es manejada adecuadamente, puede convertirse en un gran
problema para el deudor. Prueba de ello es que si un país adquiere una
gran deuda en moneda extranjera, o si la moneda local pierde valor frente a aquella
con la que se hizo el préstamo (se devalúa), los intereses y las
amortizaciones que tendrá que pagar por esa gran deuda tendrán un
costo tan alto que puede afectar la estabilidad económica del Estado y
del país en general. En estos casos, los países buscan una renegociación
de la deuda o volver a negociar con el acreedor las condiciones en las cuales
se pagará un crédito ya existente. También existe lo que
se denomina la reestructuración de la deuda. En este caso, un Estado, o
cualquier otro deudor, buscará cambiar un tipo de deuda que ya tiene por
otro con nuevas condiciones que se acomoden de mejor manera a sus propósitos
o expectativas futuras.
Bibliografía
consultada
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