Proceres Indice Francisco de Paula Santander

(1792-1840) Francisco de Paula Santander nació en la ciudad de Cúcuta en el año de 1792. Luego, en la ciudad de Santa Fe de Bogotá, hizo estudios de Ciencias Políticas y Jurisprudencia. En 1810 estaba para concluir sus estudios y recibir el grado de Doctor en Derecho, cuando se dio el grito de independencia que, resonando vivamente en su corazón, lo hizo abandonar los libros para hacerse soldado de la santa causa que mas tarde lo colmó de honores en su carrera militar y política.

En 1811, cuando empezó la guerra civil entre los patriotas de Nueva Granada, por diferencias en la firma de Gobierno, sostuvo la federación en los campos de batalla, recibiendo en enero de 1812 una herida de bala que lo hizo sufrir por algunos meses.

Al año siguiente, en su calidad de Sargento Mayor, peleó denodadamente a órdenes del Coronel Manuel Castillo en la acción de la Grita, luego de lo cual el Libertador Simón Bolívar lo mandó con una pequeña columna sobre el pueblo de San Cristóbal a fin de que defendiera de los realistas los valles de Cúcuta, destruyendo a poco, en el sitio de Lomapelada, la guerrilla encabezada por el español Aniceto Matute.

El 12 de octubre combatió en Carrillo con doscientos cincuenta infantes y treinta jinetes contra mas de mil hombres capitaneados por Bartolomé Lizon, y después de siete horas de sangrienta lucha fue vencido, salvandose de la muerte merced a la serenidad de su ánimo. Después de este contratiempo, habiendo sido nombrado el Coronel escocés McGregor para mandar las fuerzas patriotas que custodiaban la frontera de Nueva Granada, el General Santander fue elegido segundo Jefe de ellas, con las cuales combatió en 1813 y 1814 con gran valentía, por lo cual ascendió durante este tiempo, en atención a su pericia militar y heroicas acciones, al grado de Coronel.

En 1815, habiendo sido nombrado por el Gobierno de la Unión, Comandante en Jefe de las fuerzas de Ocaña, hallándose rodeado de poderosos enemigos a quienes no podía combatir por el reducido número de sus tropas, ejecutó a la vista de sus adversarios y sin perder un solo hombre, la famosa retirada de Ocaña a Girón, retirada que hizo célebre su nombre y que contribuyó a salvar al Gobierno Granadino de caer en aquel año en poder de los españoles.

El 22 de marzo de 1816 combatió al lado de García Rovira en Cachirí, batalla ganada por Calzada y en la que nuestro héroe, que mandaba la vanguardia, ejecutó distinguidas acciones de valor. Estando ocupada Santa Fe de Bogotá por las fuerzas de Calzada y Latorre, el 6 de mayo, el General Santander se retiró por Cáqueza a las llanuras del Arauca y el Apure, nombrandosele por una Junta de Patriotas, Jefe del Ejercito de Oriente.

Pasó así el General Santander, de una vida social civilizada, a ser victima del hambre, la desnudez, lo insalubre de un clima ardiente, teniendo que dormir con frecuencia al descubierto sobre el húmedo suelo, esperando no solamente los ataques repentinos de los hombres, sino hasta de las mismas fieras que poblaban el desierto salvaje.

Santander rehusó al inicio el cargo, por considerarse incompetente para dirigir a los llaneros, quienes eran rebeldes a la disciplina militar. Pero luego se traslado con ellas a Guadualito, en donde con mil dificultades se propuso organizar las tropas independientes. Dividida la fuerza en tres brigadas de caballería, se le encomendó el mando de la segunda con la que luchó el 8 de octubre en el Yagual, mereciendo por esto grandes elogios de los Generales Páez y Urdaneta.

En febrero de 1817 se unió a Bolívar en Barcelona, y formando parte del Estado Mayor de aquel gran caudillo, hizo la campaña de los Llanos de Caracas el año siguiente. En 1819, el Libertador lo ascendió a General de Brigada, lo envió de Angostura a Casanare con mil doscientos fusiles y sus respectivas dotaciones, para defender la causa de la libertad en Nueva Granada. El General Santander mandaba la vanguardia y en este puesto peleó contra las avanzadas realistas en el sitio de Paya, despedazándolas completamente.

El 6 de julio, las fuerzas libertadoras aparecieron el Socha, desnudas y fatigadas después de tan larga jornada, se encontraron al frente de un enemigo poderoso. Con gran rapidez Bolívar y Santander reorganizaron el ejército, y se prepararon para esa serie de gloriosas batallas que libertaron el territorio granadino. Nuestro prócer luchó en Gameza y el Pantano de Vargas, portandose en el famoso duelo de Boyacá con gran intrepidez, por la cual adquirió el titulo de General de División.

Llegado ya el ejercito vencedor a Bogotá, el General Santander abandonó la vida de campamento para hacerse cargo de la Vicepresidencia de Cundinamarca, con la cual prestó importantísimos servicios a la República, consiguiendo recursos de hombres y dinero para continuar la guerra hasta obtener el triunfo completo sobre el despotismo español.

En 1821 fue elejido por el Congreso de Cúcuta Vicepresidente de Colombia, cargo que ejerció hasta 1826, para después ser reelegido por el pueblo hasta el año 1828. En este año dejó la Vicepresidencia debido a los trastornos políticos para ser elegido Diputado por la provincia de Bogotá para asistir a la Convención de Ocaña, donde defendió con tenacidad los principios republicanos mostrandose contrario a Bolívar, pero contribuyendo a salvar en las instituciones el derecho del pueblo.

Al regresar a Bogotá, se unió a los conjurados de 25 de septiembre y entró en aquella conspiración contra el Libertador, por lo cual fue preso y condenado a muerte. El Señor Castillo Rada, a quien Bolívar profesaba alto respeto y estimación, lo salvó del patíbulo, conmutándole la pena capital por el destierro. Pero en el año de 1832, hallándose aún en el extranjero, la convención granadina lo nombró Presidente del Estado de Nueva Granada, elección que fue confirmada al año siguiente por el voto del pueblo. Concluido este periodo, fue electo Representante al Congreso de su Patria desde 1838 hasta 1840.

En este último año, José Eusebio Borrero, fulminó contra él una terrible acusación sobre su conducta pública. Este hecho lo hirió profundamente en su persona y además fue causa de un ataque que desde su principio se presentó con síntomas de muerte, bajando aquel ciudadano al sepulcro por consecuencia de tal hecho, el 5 de mayo de 1840.

El desaparecimiento de este hombre causó en la sociedad una viva impresión de dolor, y el gobierno por su parte, tributó a la memoria del finado, los honores debidos a su rango como soldado de la Patria y hábil gobernante, por lo cual, el Congreso de Colombia y el Libertador Simón Bolívar lo apellidaron "El Hombre de las Leyes".

En la actualidad, en la República de Colombia, existen en su honor, los Departamentos de Santander y Norte de Santander; Y en la ciudad de Santa Fe de Bogotá, en el Palacio de Justicia, figura una gran frase del "Hombre de las Leyes":

"Colombianos:
Las Armas os han dado Independencia.
Las Leyes os darán la Libertad".

 

 

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