BOGOTÁ D.C, COLOMBIA
Información general de la ciudad
Bogotà, D.C. Capital de la Repùblica de Colombia. Las crónicas de viajeros precursores en los dos siglos precedentes subrayan la misma sorpresa que se tiene hoy desde el avión, ante lo inesperado del paisaje cuando se sobrevuela la ciudad. La Sabana (como se denomina familiarmente la planicie donde se asienta Bogotà), tiene poco en común con el trópico radiante que muchos creerían encontrar y que en efecto predomina en la mayor parte de Colombia.
En contraste con el verdor húmedo y abigarrado de las selvas; o con las vertientes andinas cubiertas por cafetales, plátano y yarumos; o con los valles y llanuras bajas, donde la reverberación del calor impide la limpidez visual, la Sabana es plana, plácida y casi siempre transparente. Clima frío; poca humedad; colores en tonos suaves; campos que se alternan entre cebada, papa, maíz, hortalizas, flores de exportación y hatos lecheros, hasta el último rincón de sus casi cinco mil Kilómetros cuadrados, entre cotas de 2.600 a 2.800 metros s.n.m.
Cuando hace sol hay una luminosidad soberbia, que se añora en otros largos períodos de bruma, donde el gris acentúa un ambiente demasiado sereno, casi frailuno. Manchas de bosques nativos en las cumbres y cañadas: hayuelos, romerones, palmas, cedros, acacios, magnolios, uvos, sietecueros, curubos, chusques, alisos, cauchos sabaneros, arrayanes.
Largas líneas trazadas por cercos o linderos en setos de pinos, sauces, retamos, espinos, urapanes. Muy destacados por encima de lo demás, gigantescos eucaliptos, la más vigorosa entre las especies aclimatadas aquí desde la Colonia, hoy denostada por los ecologistas, pero indisolublemente asociada al paisaje.
La Sabana está confinada por imponentes cerros a Oriente y Occidente. En la propia planicie tres cordones de montañas bajas segmentan cuatro valles interiores con antiguos nombres indígenas: Suba, Chía, Tenjo, Tabio y Subachoque, cada uno con su respectivo pueblito, su torre blanca, su río de curso lento confluyendo serpenteante a engrosar, al medio, el Río Bogotá. Según la antigua leyenda chibcha, Bochica, un anciano de barbas blancas, rompió con su vara el cerco rocoso donde la planicie aprisionaba una enorme laguna, precipitándose las aguas río abajo, hacia el Salto del Tequendama. En la tierra liberada por Bochica, pues, encontraron Quesada y sus acompañantes españoles media docena de aldeas muiscas, dedicadas a cultivar maíz, fríjol, muchas variedades de papa y otros tubérculos, bajo un régimen de propiedad comunitaria. Y a comerciar sal, que extraían de las minas de Zipaquirá y Nemocón.
Los más remotos antepasados ya habitaban la Sabana hace más de doce mil años (yacimientos de El Abra, Tibitó y Tequendama, ya comentados).
Bogotá ocupa el sitio dominante de la Sabana, al fondo oriental, escoltada atrás por sus dos cerros tutelares: Monserrate y Guadalupe (3.100 y 3.317 mts., respectivamente). Aparte de estos dos, una cadena extensa de cerros flanquea la ciudad de Sur a Norte y constituye su rasgo paisajístico más preciado.
Hasta hace no más de cincuenta años, la capital colombiana era un típico burgo provinciano, encaramado en la parte más alta al centro del país, asiento de la burocracia y de la intelectualidad. Aparte de buenos periódicos, conspiraciones, abogados, publicaciones literarias, leyes y decretos, no producía mucho más que cerveza, tejidos de lana y velas de cebo. ( Era tal el grado de centralismo y de entropía, que los ferrocarriles empezaron a construirse de aquí a la periferia, de la montaña hacia el mar, subiendo las locomotoras a lomo de mula.) Había un cotarro de políticos, obispos, generales, tinterillos de mayor o menor vuelo, rentistas descendientes de encomenderos, gramáticos e intelectuales ( más atentos a las corrientes francesas de la cultura que a la suya propia), curas, monjasy, unos cuantos comerciantes.
Al lado, un pueblo raso bastante taciturno, en su mayoría compuesto de dependientes de oficinas, artesanos y estudiantes de provincia. El resto de los colombianos llamaba "lanudos" a los bogotanos por su eterna vestimenta de paño oscuro, su espíritu cazurro y malicioso, su proclividad a los tibios cenáculos, al chisme y al chascarrillo. Alrededor de una taza de chocolate, la sociedad santafereña hablaba siempre de poesía como preámbulo de la política; y aguzaba un ingenio particular para la frase punzante y vivaz, que es el mejor rasgo de personalidad de los bogotanos raizales - o "cachacos", como también se les llama -. No todo eso ha desaparecido, por supuesto. Pero la Santa Fé de hoy es, a más del centro político de siempre, una pujante ciudad industrial, con una planta productiva en expansión. Hace tiempo dejó de ser una economía parasitaria del poder gubernamental.
Es la cuarta ciudad de Suramérica en tamaño, y la segunda capital en calidad de vida, a menores costos de subsistencia. Pero, sobre todo, Bogotá tiene una nueva mentalidad, fruto de dos factores : la inmigración de cientos de millares de gentes de las más diversas procedencias. Y un cambio notable del clima, de frío a templado, lo cual favorece una cultura urbana muy abierta, una arquitectura y unas modas más cromáticas y alegres. Bogotá es ya la ciudad querida y representativa de todos los colombianos.
Los límites de la pequeña urbe de finales del siglo XIX siguen siendo perceptibles: el extremo Norte apenas llegaba a la ermita de San Diego, frente al actual Hotel Tequendama.
El centro histórico mejor conservado corresponde a los barrios de La Candelaria y La Catedral, donde se guarda bien el sabor de la Colonia y de los inicios de la República. Allí se encuentra aún lo más logrado de la arquitectura institucional y religiosa, pero también de la arquitectura doméstica, tal como fueron evolucionando en casi cinco siglos de historia urbana. Un recorrido lleno de tesoros muy cercanos uno de otro puede tomar una tarde, un día o más, según el tiempo de que usted disponga para detenerse en la lectura del pasado: los tiempos de la Real Audiencia, los tiempos virreinales, la Independencia, las guerras civiles del siglo XIX y el "bogotazo" de l.948, que fue el doloroso parto a la modernización de la ciudad, semidestruída a raíz de innumerables incendios.
Cumplida su cita con la historia, la ciudad le ofrece un amplio menú de atracciones: muchos y muy buenos restaurantes, con una gastronomía internacional y nativa que de seguro usted no hallará en ninguna otra capital latinoamericana, con excepción, tal vez, de Buenos Aires. Muy buen teatro. Varios espectáculos de "Music- hall", la diversión de moda en los últimos años. Centros comerciales cómodos y seguros donde el turista encuentra buenos precios y excelente calidad en ropa, cuero, esmeraldas y artesanías. Hay buenos conciertos todo el año y en ciertas épocas, temporadas de ópera, zarzuela, jazz. Dos temporadas de Toros. Y el mejor Festival Internacional de Teatro del continente, en vísperas de la Semana Santa.
En Bogotá es muy fácil orientarse si se toman como referencia el Centro y los cerros. La nomenclatura también es sencilla (aunque hay sectores nuevos que se salen de la norma). Para empezar: las vías se clasifican entre "calles" y "carreras" (por excepción puede haber "avenidas", que pueden ser lo uno o lo otro; también "transversales" o "circulares", pero remitidas a un barrio o zona específica).
Las carreras se orientan en el sentido Sur-Norte y se numeran desde los cerros hacia abajo, o sea, de Oriente a Occidente. Tienen prelación de tránsito, aunque con excepciones ( cruces de avenidas y otros, que deben estar bien advertidos en las respectivas señales). Por su parte, el trazo de las calles va de Este a Oeste y se numeran a partir de un punto que quedó en el centro antiguo, desde el cual nace la numeración en dos sentidos: hacia el Norte el número se expresa de manera simple, y hacia el Sur se añade la palabra Sur después del número.
Por ejemplo, la sede Presidencial o "Casa de Nariño", está situada en la calle séptima con carrera séptima, a siete cuadras de donde nace la numeración de las calles y a igual distancia de donde nacen las carreras.
Si se va de allí hacia el Norte (y por cierto, la carrera séptima es el eje histórico del crecimiento de la ciudad, por donde la nomenclatura es más estable), los números progresan en proporción a las calles. Del mismo punto hacia el Occidente, los números progresan en proporción a las carreras.
EN QUÈ SECTOR ALOJARSE?
La vida turística de la ciudad se desarrolla del centro hacia el Norte. (Hacia el sur se encuentran mayormente los barrios populares y las zonas industriales.) En el centro histórico hay excepcionalmente unas pocas pensiones agradables y hoteles de categoría media: es una buena opción para turismo juvenil, en grupos. ( Preferiblemente no transite a pié en la zona por las noches). Saliendo de él, pero aún dentro de la zona céntrica contemporánea, hay tres sectores que concentran hoteles y servicios para los visitantes: la Avenida Jiménez, la Avenida 19 y el Centro Internacional, donde están los establecimientos de más vieja tradición, aunque muchos de ellos venidos a menos.
* El tercero de los tres sectores dichos - el Centro Internacional ( sobre el costado Norte de la Avenida 26, entre las Carreras 7a. y 10a.) -, ofrece la oferta hotelera más amplia y la más bien complementada por su cercanía al Centro de Convenciones, a tiendas de calidad, artesanías, restaurantes y otros servicios; ideal para una estancia en que el viajero necesite adelantar contactos institucionales, pero también actividades de tipo cultural. (Esta es la zona de costos más altos en el Centro, pero sus precios resultan más moderados que en el Norte.)
Yendo más lejos hacia el Norte, hay otros tres sectores con buenos hoteles:
* la "zona rosa", un curioso experimento de transformación de un barrio residencial ( el eje está en la Calle 82, entre las Carreras 11 y 15), donde ha venido creándose un ambiente muy animado de boutiques, discotecas y restaurantes, más algunos hoteles pequeños, muy confortables. Ideal para turistas jóvenes en busca de recreación, compras y vida nocturna, no demasiado reticentes al ruido callejero;
* la Avenida 100, donde se ha instalado la hotelería que atrae a de preferencia a los ejecutivos de empresas, con buena dotación de ayudas comerciales, comunicaciones, informática, etc. y muchos sitios de encuentro para hombres de negocios; es el sector de mayor costo;
* el sector de Unicentro, donde hay también buenos hoteles y se proyectan otros nuevos en vecindad de un gran centro comercial, con características que mezclan un poco el ambiente de los dos anteriores.
QUE VISITAR?
EN EL CENTRO DE LA CIUDAD
En el centro permanece toda la historia y lo mejor de los atractivos culturales : arquitectura colonial, museos, teatro, galerías de arte, salas de concierto, monumentos históricos, bibliotecas y archivos, más ciertos lugares de encuentro con sabor local. Un gráfico de esta sección de la Guía le ayudará a organizar sus recorridos en esta parte de la ciudad.
PARQUES Y ATRACCIONES EN BOGOTA Y SUS ALREDEDORES
Parque Jaime Duque
Abrió por primera vez sus puertas al público, el Domingo 27 de Febrero de 1,983. Desde entonces miles y miles de Colombianos y extranjeros han tenido la oportunidad de disfrutar de un bellísimo escenario que combina la sana recreación con el aprendizaje y la cultura.
El Parque Jaime Duque, es la realización de un sueño de su Fundador, el Capitán de Aviación Civil, Jaime Duque Grisales. Quien desde joven, en sus años de aviador en Avianca, hace más de 60 años, soñó con brindarle a los Colombianos la posibilidad de como él, poder disfrutar de los paisajes de nuestro país desde las alturas. Así nació la idea de construir un Mapa Gigante de Colombia, una de las primeras atracciones que se construyeron en el Parque. Desde entonces, en su mente se fue gestando la idea de construir un centro recreativo y cultural donde los Colombianos pudieran divertirse al tiempo que aprendieran de su historia, su geografía, etc. Esta localizado en el municipio de Tocancipá, Cundinamarca en el Km 34 de la Autopista norte. Cuenta con una extensión de más de 300 fanegadas.
Parque Salitre Màgico
Forma parte del parque metropolitano Simón Bolívar y es el área de recreación activa de mayor tradición al occidente de la ciudad. Cuenta con divertidas atracciones mecánicas de última generación de uso infantil, familiar y de alto impacto.
Dentro de las atracciones infantiles cuenta con mini-rueda, carrusel, sillas voladoras y crazy plane; familiares como gusano loco, carros chocones y la casa de la risa, y de alto impacto como la montaña rusa “sacacorchos” con un recorrido de 500 metros, caídas libres de 189 metros de altura y dos tirabuzones que describen giros completos sobre su eje. También se destaca la rueda panorámica “Millenium”, que cuenta con 40 canastillas, cada una para cuatro personas.
Jardìn Botànico
Importante centro de estudio, investigación, educación ambiental y divulgación botánica especializado en la flora andina y de la Sabana de Bogotá. Cuenta con un área de 19 hectáreas que comprende bosques sembrados con especies andinas de coníferas y robles, orquideario e invernaderos con plantas de climas lluvioso, seco y cálido. Posee lago, cascada, laboratorios, auditorio, aula ambiental y biblioteca; presta servicios de visitas guiadas, programación de talleres y venta de publicaciones. Posee una fauna asociada con los cuerpos de agua propios y del Parque Simón Bolívar que son frecuentados por aves migratorias como la buchipecosa, el atrapamoscas occidental y el cardenal abejero.
Estadio Nemesio Camacho "El Campín":
Es el Estadio de la Capital. Tiene capacidad para más de 60.000 espectadores. Calle 57 Cra.27 / Tel:2356044
Plaza de Toros de Santamaría:
Hermoso recinto arquitectónico que reune a todos aquellos adeptos a la tauromaquia. Cra.7 Nº26-50 / Tel:3341482
Maloka, Centro Interactivo de Ciencia y Tècnologìa
Es el primer museo interactivo de Colombia y uno de los pocos en su género en América Latina. Comprende cerca de 20.000 m² de construcción, 10.000 de ellos realizados a ocho metros de profundidad. Posee más de 200 exhibiciones distribuidas en diferentes salas que invitan a jugar mientras se aprende sobre temas como la vida, la biodiversidad, la ciudad, el universo, la tecnología y el ser humano.
Un recorrido completo puede durar cuatro horas o más. De especial interés es el parque natural en pequeñas proporciones que acoge especies nativas de flora y fauna de la Sabana de Bogotá. La proyección del cine-domo es una experiencia fascinante: la pantalla esférica, el formato de 70 mm y el sistema de sonido empleado, dan gran realismo a la presentación. El complejo cuenta con zona infantil, salones para conferencias, plazoleta, restaurante, café Internet y tienda de artículos científicos.
Planetario Distrital
Con una gran cúpula y un sistema de proyección que reproduce, por medios eléctricos, ópticos y electromecánicos, los fenómenos celestes. Esta cúpula, de 25 metros de diámetro, es la más grande de América Latina y cuenta con 482 sillas. Opera con un proyector Zeiss Modelo UPP-23, pero el Instituto Distrital de Cultura y Turismo estudia la instalación de un moderno proyector en el 2004.
Mundo Aventura
El Parque brinda distracción para todas los las edades. Se puede disfrutar de una diversidad de espacios dotados para la recreación activa, cuyas óptimas condiciones de seguridad son una garantía para los visitantes. Las atracciones están distribuidas en tres zonas: Mundo infantil, con el minisafari, el tren ríogrande, el paseo de los piratas, el bus loco y muchos otros. En Mundo juvenil se ofrecen atracciones como la montaña rusa, el martillo y el sky coaster. En la zona familiar se destacan los troncos, karts, carros chocones, cabaña chueca y diversos juegos de destreza. El parque está dotado con amplias zonas de parqueo, servicios médicos, plaza de comidas, teléfonos públicos, cajeros automáticos y tienda de souvenirs.
IGLESIAS
Primeramente, hay una amplia colección de iglesias coloniales: no deje de ver al menos estas cuatro, muy cercanas entre si y a otros lugares que con seguridad va a tener ocasión de ver:
- San Francisco (Cra.7a, Avda. Jiménez): construida en l.567, tiene artesonado mudéjar muy elaborado, un inmenso retablo de maderas policromadas y columnas revestidas de pan de oro, al estilo flamenco (siglo XVII). Cuadros de Arce y Ceballos, Ignacio Azcucha y Gaspar de Figueroa. Capilla lateral de estilo plateresco, la más rica en su género.
- Santa Clara (Cra. 8a., Calle 9a.): convertida en Museo y desmembrada del claustro de las Clarisas, que fue demolido, es la muestra más brillante de decoración interior en un templo de modesta arquitectura (una sola nave), construido en la primera mitad del siglo XVII. Posee una extensa pinacoteca de los siglos XVI al XVIII, totalmente restaurada, y una celosía de excepcional factura para ocultar el coro de las monjas. A su lado se encuentra el taller de restauro de Colcultura.
- San Ignacio (Calle 10, Cra.6a): inspirada en la Iglesia de San Jesús de Roma, es el templo "de la Compañía". Obra de Coluccini, se destaca por sus naves más altas que los templos contemporáneos, y por una cúpula renacentista. Bellos altares barrocos y esculturas de Pedro de Laboria.
- San Agustín (Calle 7a, Cra.7a): es de las más antiguas -l.637-, recientemente restaurada. Notables el coro, la imagen de la "Virgen de Altagracia", los altares barrocos y las bellas proporciones arquitectónicas.
Si dispone de tiempo extra, merecen también visitarse La Tercera, la Veracruz, la Catedral, la Capilla del Sagrario, la Candelaria, la Concepción, Santa Bárbara y San Diego.
MUSEOS
Los hay también en mucha cantidad, por lo cual es necesario ser selectivos. Los más importantes ( una visita de una a dos horas por Museo es suficiente):
Museo del Oro (Parque Santander): reúne una gran colección de piezas precolombinas - más de 23.000 - reunidas por el Banco de la República a partir de una sabia decisión de no fundir más objetos excavados, como era costumbre en la Colonia y el primer siglo de la República. Se precia de ser el más rico Museo de orfebrería de la América Española, aunque algunas colecciones colombianas nunca llegaron a él (la más valiosa, llamada "Tesoro Quimbaya", fue encontrada a fines del siglo pasado y obsequiada a la Reina María Cristina de España). El Museo tiene varias muestras itinerantes y subsedes en Cartagena, Cali, Santa Marta y Armenia, especializadas en sus culturas regionales.
Museo de Arte Religioso (calle 12 con carrera 4a.): guarda las piezas más valiosas del culto en la época colonial. Irrepetible la colección de vasos sagrados. La colección de custodias coloniales es probablemente la mejor de su género en América. La sede es un palacete de comienzos de siglo, muy bien conservado.
Museo de Arte Moderno (Calle 24 con carrera 5a.): la colección permanente de plástica colombiana de los últimos cuarenta años permite apreciar, un movimiento artístico que se tuvo en su tiempo como el más dinámico de América del Sur, junto con el de Brasil y Argentina. Notable la calidad arquitectónica del recinto, obra de Rogelio Salmona. Programa constantemente eventos de interés.
Museo Nacional (Carrera 7a.con Calle 27): en una sede muy llamativa y severa (antigua prisión, diseñada por el norteamericano Thomas Reed), tiene varias salas de mucho interés. Por sobre todo, sobresalen la colección arqueológica y la pinacoteca, con la mejor pintura colombiana decimonónica y contemporánea. Otros salones recogen elementos de la historia nacional, sin mucho concierto y con criterio desigual. Pero es el museo que ofrece mejor información en el campo antropológico.
Quinta de Bolívar (calle 20 con carrera 3a.): aunque el valor museográfico de la Quinta tiene lunares, es un lugar único para recrear la vida privada del Libertador. El lugar es muy hermoso en las afueras de la ciudad antigua (la finca le fue donada a Bolívar por el Congreso granadino y allí habitó por temporadas en sus últimos años, después de la Campaña del Perú). Hay algunos muebles, documentos y otros objetos personales de Bolívar y de su compañera Manuela Sáenz.
Museo Colonial (Cra. 6a., calle 9a.): en el viejo claustro de los jesuitas (l.640), muy bello de por si, muestras muy representativas de mobiliario, imaginería, plástica, libros y otros objetos, casi todos de la Santa Fe virreinal. Excepcional la colección de bargueños y la pinacoteca de la antigua capilla, con obras de Gregorio Vasquez de Arce y Ceballos, Gaspar y Baltasar de Figueroa, Antonio Acero y de todos los talleres importantes de la Colonia.
Todos los Museos citados cobran una entrada muy módica. Abren también los domingos ( generalmente sólo en la mañana), con tarifa menor o gratis. Con todo, dependiendo de sus intereses, hay otros Museos de interés mediano: el Museo Arqueológico (Casa del Marqués de San Jorge, Cra. 6a, Calle 6a., cerámica precolombina); el Museo de Artes y Tradiciones Populares (Claustro colonial de San Agustín, Cra. 8a, Calle 7a., etnografía y venta de artesanías); el Museo del Siglo XIX (Fondo Cultural Cafetero, Cra. 8a., Calle 8a., tradiciones republicanas, art decó, mobiliarios y objetos Belle Epoque, venta de libros de arte e historia); Museo 20 de Julio (al pié de la Catedral, Plaza de Bolívar, sobre el lugar y los hechos del día en que se declaró la Independencia); Museo de Numismática (Casa de la Moneda, Calle 11, Cra. 4a.; vale también por el escenario, una de las mejores casas coloniales (1.753), sede de otras exposiciones no permanentes de excelente calidad).
Finalmente, queda aún una docena de Museos dedicados a personajes de la vida nacional (Caldas, Nariño, Gaitán); a temas muy específicos (Militar, Desarrollo Urbano, Policía, Artes Gráficas, Medicina, etc.); un Museo de los Niños, didáctico-recreativo; dos valiosos museos de barrio (el Minuto de Dios, con una buena colección de arte moderno y el Museo del Chicó, una colección familiar) y varios otros Museos pertenecientes a Academias y Universidades.
TEATRO, CONCIERTOS, GALERíAS, EXPOSICIONES
Hay una docena de escenarios - dentro y fuera del Centro - con programación variada de teatro, música, exposiciones y espectáculos, que puede consultarse en los diarios y revistas principales, o en los centros de información de la Cámara de Comercio y del Instituto Distrital de Cultura y Turismo.
Igualmente en las propias sedes del Teatro Colón (Orquesta Sinfónica), Teatro Colsubsidio, Sala de Música Luis ángel Arango, Auditorio León De Greiff de la Universidad Nacional (Orquesta Filarmónica), más seis o más sedes de grupos de teatro y variedades. Fuera de eso hay una veintena de Galerías privadas de Arte y Anticuarios. Una curiosidad interesante es la Galería Cano, con una magnífica sala de originales y otra de reproducciones (éstas si para la venta), en oro y cerámica (Centro Internacional - Edif. Bavaria).
Otra visita interesante, con o sin ánimo de compra, son los almacenes de Artesanías de Colombia (Claustro de la Iglesia de Las Aguas, Av. 3a. Calle 19; o Claustro de San Diego, frente al Hotel Tequendama), donde hallará un completo repertorio de la artesanía de todas las regiones del país.
La Corporación de Ferias tiene un recinto gigante para la Feria Exposición Internacional de Bogotá (Centro Antonio Nariño), que se celebra cada dos años, a finales de Julio. Allí mismo se realizan continuamente exposiciones industriales, agroindustriales, de informática, del libro, del hogar y de muchos otros temas especializados.
ALREDEDORES DE INTERES
Hay varios paseos tradicionales para turismo. Le recomendamos:
1.Monserrate, el cerro más amado de los bogotanos, con un Santuario de peregrinación, el mejor mirador de la ciudad, un par de restaurantes y ventas de artesanías.
Hay ascenso en teleférico o funicular. Preferible ir en un día de semana o a cenar - el escenario es francamente romántico y se come bien -, cuando la afluencia de devotos es menor. Este es un programa de dos a tres horas.( Los alrededores de la estación, abajo, donde se toma el funicular, son inseguros. No transite a pié hasta allí.)
2. Itinerario de la Sabana Uno: Un paseo de un día que comienza por la autopista Norte hasta el Puente del Común (donde el Virrey Caballero y Góngora negoció la desmovilización de los Comuneros que ponían sitio a la ciudad en l.781), y continuando luego a las Minas de Sal de Zipaquirá, a una hora y media de Bogotá, donde existe una famosa Catedral de Sal subterránea, que va a ser reemplazada dentro de poco. Es una buena oportunidad de apreciar la Sabana; hay buenos sitios para parar en el camino. Si no encuentra abiertas las minas, cerca a Zipaquirá está Nemocón, donde hay otras galerías de explotación de sal y una capillita dentro, de interés inferior pero que justifican el viaje. Si ha salido temprano y viaja con comodidad de tiempo, no dude en extender la visita hasta el parque del Neusa, retomando la carretera de Zipaquirá ( a menos de una hora de Nemocón); o, siguiendo de Nemocón a Suesca-Cucunubá-Ubate', hermosa región de grandes haciendas lecheras y lagunas (dos horas y media de recorrido, que le llevarán un poco más lejos del Parque, por carretera destapada); de Ubaté, ya sobre la carretera principal, el regreso le acerca al pueblo de Tausa Viejo (adelante de Tausa, al alcanzar la Sabana), una iglesia solitaria en un poblado semiabandonado, buen lugar para fotografiar; poco después está la entrada del Parque. El Neusa es una reserva forestal con una bella represa rodeada de un mar de pinos, a unos cuarenta minutos de Zipaquirá: sitios de pic-nic, restaurantes, botes para pescar, camping.
3. Itinerario de la Sabana Dos: Por la vía a La Calera se tiene primero el paisaje del norte de la ciudad, con muy buenos restaurantes para almorzar; luego del descenso, hay un parque recreativo de la CAR antes de llegar a La Calera y adelante de ésta, una región de hatos lecheros hasta inmediaciones de Guasca (unos pocos kilómetros antes empieza un tramo de carretera destapada); verá una bella iglesia colonial y un par de casas en mitad del campo, que merecen verse. Cerca de aquí está la desviación hacia la Represa del Guavio, el mayor proyecto hidroeléctrico del país en los últimos años. Un poco más adelante de Guasca se llega a Guatavita , un poblado pintoresco que sirvió para reemplazar el original, sepultado bajo la represa de Tominé (aquí recomienza el pavimento). Alrededor del embalse encontrará dos o tres restaurantes y una marina deportiva. Muy cerca hay una desviación en regular estado, hacia la antigua laguna de Guatavita (donde se celebraba el ceremonial de inmersión del cacique cubierto de oro en ofrenda a los dioses), que le tomará una hora y media entre ida y vuelta. De regreso a la ruta original, siempre bordeando el embalse, se está muy cerca de Sesquilé desde donde se emprende el regreso por la carretera central. Después de Sopó (entrando a la población hay buena venta de lácteos y golosinas en la fábrica de "Alpina" y una galería de ángeles coloniales en la iglesia principal ), antes de llegar a La Caro, verá a su derecha la Hacienda de Hatogrande, residencia campestre de los Presidentes de Colombia; y cinco minutos después, a la izquierda, la entrada al Pueblito Yerbabuena, un buen lugar para un chocolate o un té, al final de la tarde, antes de entrar de nuevo a Bogotá.
4.Visita al Salto de Tequendama: a hora y media o dos, en dirección contraria a la anterior. Pese al grado extremo de contaminación del río, el Salto merece verse, siempre que usted se tome la molestia de averiguar si encontrará caudal, porque las aguas se desvían durante ciertas épocas y horarios para generación eléctrica. Más abajo del Salto hay un interesante Zoológico privado ("Santa Cruz"), abierto al público.
5. Un recorrido suburbano común en las noches, en particular los días viernes, consiste en visitar las discotecas y restaurantes de la vía a La Calera, por carretera de ascenso (la misma del itinerario dos de la Sabana), a unos quince minutos de la ciudad. Magnífico paisaje sobre el norte bogotano. Conviene ir acompañado y conducir con cuidado.
6. Quienes vayan a permanecer en Bogotá por una estancia larga harían bien en dedicar un domingo saliendo muy de mañana, para visitar el Parque Nacional Chingaza, de preferencia en verano para evitar dificultades de paso. Se encuentra la ruta de entrada tomando un desvío a la derecha uno o dos kilómetros adelante de la población de La Calera ( a 40 minutos de Bogotá). De allí sigue una carretera de montaña, sin pavimentar; 34 kilómetros más adentro está la entrada del Parque. La zona es un extenso páramo, con bosques de frailejones (algunas especies alcanzan hasta 12 metros), una precipitación muy alta, vientos fríos y frecuente neblina. Hay varios miradores y senderos didácticos. Y una gran laguna, Chingaza, ya en zona de descenso fuerte. Esta zona es la gran proveedora de agua para la ciudad, y allí nacen también varios ríos de las cuencas de Magdalena y Orinoco. Es un paseo que toma de cinco horas y media a seis de recorrido entre ida y vuelta, más el tiempo que usted dedique a mirar. (Conviene llevar el tanque bien provisto, cámara fotográfica, buenos abrigos y lunch.)
En la Sabana hay innumerables otros sitios interesantes que los bogotanos recorren habitualmente en fines de semana. Vale la pena hacerse invitar de amigos locales, para hacerlo en compañía y facilitar el transporte. El recorrido de fincas campestres por los Valles de Tabio, Tenjo o Subachoque es muy placentero, para una tarde con almuerzo incluido.
Advertencias:
1. Como decimos en otro lugar, la ciudad tiene particularidades insólitas en el sistema vial y de tránsito, como el caso de vías que cambian de dirección según ciertas horas del día o que se cierran para los vehículos ciertos días de la semana. Resulta peligroso conducir si no se está bien al tanto de ellas.
2. En el Aeropuerto de Bogotá existe el Terminal tradicional, que conserva el nombre de Eldorado, y sirve para casi todos los vuelos nacionales e internacionales y a todas las compañías. Pero hay un segundo Terminal denominado "Puente Aéreo", exclusivo de Avianca, que sirve sus propios vuelos en las rutas de mayor flujo -Medellín y Cali, principalmente-, y algunos despachos hacia el exterior.
Es muy fácil confundirse y llegar al Terminal que no corresponde a su vuelo. Cerciórese bien de cuál le ha sido asignado.