RUTA BOGOTÁ - MEDELLÍN

La apertura de la ruta por Puerto Triunfo - llamada "Ruta Dorada" , siete y media horas a lo sumo -, simplificó los antiguos largos viajes de diez a doce horas que tomaba ir por Honda-Manizales o por Ibagué-Pereira-La Virginia. ( Aunque todavía se justifica optar por alguna de éstas, si se tiene en mente visitar todo o parte del "circuito del Café". La ruta de Manizales, combinada con el trayecto nuevo La Felisa-La Pintada, compite con poca desventaja de tiempo, unas ocho y media o nueve horas).

La primera parte de la ruta es la vieja carretera a Honda. Se sale hacia el occidente de la Sabana por Mosquera-Madrid- Facatativá. Fuera de haciendas coloniales de gran valor pero que no son visitables sin permiso, en este tramo hay el repertorio normal de cercanías de gran ciudad: docenas de restaurantes y estaderos. Merece un vistazo el Parque de las "Piedras de Tunja", al pié de Facatativá, sitio sagrado de los muiscas, donde rindió su vida el último de los zipas -Tisquesusa- a manos del conquistador. Este es un conjunto de grandes piedras labradas con cierto valor arqueológico, y un animado parque popular. Luego de ascender al alto de la Tribuna, se empieza el descenso a Albán, por una cornisa del "Boquerón", muy paisajística. ( A veces, de mañana, se observan al fondo los nevados). Antes y a la altura de Sasaima hay dos o tres sitios dónde desayunar y abundantes ventas de frutas. Sigue una zona de cafetales y fincas de veraneo hasta Villeta, donde termina el primer descenso ( hay estaciones de servicio y talleres automotrices ). Trescientos metros antes de la población se entra a una ciudadela Vacacional (Las Palmeras) con buenos servicios para todos los estratos, muy económica y abierta a todo el que desee llegar (no pertenece a una Caja de Compensación). En la población hallará hostales y restaurantes aceptables, a dos cuadras de la plaza. De Villeta se asciende al alto del Trigo en un tramo aburrido, no muy largo; cruzará por un paradero de camiones donde se come bien, a gusto y bolsillo popular; y de allí se baja a Guaduas, en el centro de un vallecito encantador, donde hay hosterías y hoteles de veraneo para detenerse por un rato o para un fin de semana. Anímese a conocer el pueblo: en la plaza hay una hostería interesante, una casa que perteneció al Virrey Espeleta y al menos otras dos notables, en el mismo marco (una de ellas alberga un pequeño museo de curiosidades); a una cuadra, una muy bella Alcaldía colonial y, ya saliendo, la casita natal de Policarpa Salavarrieta, la heroína ejecutada por el Régimen del Terror. En vecindades de Guaduas hubo las minas de plata más importantes del centro del país, cuyas ruinas - galerías, caminos subterráneos y fábrica- se piensa abrir al turismo. De Guaduas se asciende de nuevo al alto de la Mona ( muy poco antes de coronar, a la izquierda, se tiene un excelente mirador del valle del Magdalena), y luego se baja hasta Honda, en el Departamento de Tolima, completando las primeras tres horas de camino.

Honda ( 28 grados C, 229 M. de altura, 27.000 habitantes), fue en tiempos de la Colonia y hasta bien entrada la República el puerto terminal del río Magdalena para las embarcaciones de cierto tamaño. Casi toda la mercancía de importación hacia el centro del país se descargaba aquí y continuaba a lomo de mula, por los caminos reales (aun es posible seguir su huella por largos trechos, de Guaduas a Bogotá). La vieja ciudad se conserva bastante bien y vale la pena recorrer las calles de "Las Trampas" y del "Sello Real". Hay un hotel bueno en el centro donde es posible almorzar, bañarse en la piscina y poner el carro a resguardo mientras se hace el paseo a pié. Aparte de las calles coloniales y de las casas de la Moneda, Consistorial y del Virrey, merecen una pasada la Casa-Museo del Presidente López Pumarejo, los puentes y la plaza de mercado.

Cerca a Honda (20 Kms. en recta) está Mariquita, que bien merece un desvío. Fundada en 1.551, fue el sitio principal de trabajo de la Expedición Botánica y conserva la casa de Mutis, un Museo de Historia Natural, una bella Ermita, la iglesia parroquial recién restaurada, hermosas calles y ambiente festivo. Hay buenos hoteles vacacionales sobre la carretera y en la población. Y frutas tropicales por todos lados.

Al salir de Honda se encuentran las ruinas de la Fortaleza del Retiro y las bocas de túneles españoles. Entre Honda y La Dorada hay un tramo muy pintoresco por la otra banda del río (por donde se pasa al Departamento de Caldas), cruzando una zona sembrada de farallones de extraños y caprichosos relieves; se atraviesan Guarinocito - muy cerca, un buen sitio de pesca -, una parcelación campestre -"Palma Real"- y el centro vacacional "La Magdalena", de Prosocial. Al llegar a Dorada hay un viejo pero eficiente parador de comida rápida ( abierto 24 horas, con servicio telefónico de larga distancia), donde nace el desvío perimetral para eludir el paso por la población. ( Hasta aquí, si ha viajado de seguido, usted debe haber completado cuatro horas.) Pero si desea entrar, hay en el centro un hotel muy aceptable, con piscina.

De La Dorada se pasa a Puerto Salgar, cruzando el río ( otra vez del lado de Cundinamarca; al lado del puente, la Base Aérea de Palanquero ), y sigue un tramo de alta velocidad por entre haciendas ganaderas, hasta el caserío de Puerto Libre, límite con Boyacá. La carretera abandona las rectas y columpia por montañas bajas, al final de las cuales está la Ye (atención a que no es muy visible desde atrás), donde se bifurca la vía: a la izquierda hacia Medellín, al frente hacia Puerto Boyacá. De ahí al peaje y al puente de la Libertad son apenas diez minutos. Después del puente - tercer paso sobre el Magdalena - empieza Antioquia y la primera desviación indica el camino a Puerto Triunfo (no vale la pena entrar); quince minutos más adelante se encuentran: a la izquierda, un buen hotel-parador; y a la derecha, la entrada al Zoológico de Nápoles, en la famosa hacienda confiscada por las autoridades a Pablo Escobar, donde permanece uno de los mejores zoológicos del continente. Para entrar se requiere una boleta que se solicita sin costo en la "Aldea Doradal", situada en la vereda del mismo nombre, a cinco minutos de allí.

En Doradal mismo y en la salida puede contar con cuatro buenos paradores sobre la vía. En la "Aldea", pequeña réplica de pueblo mediterráneo en la colina que colinda con el caserío, hay una aceptable hostería y ventas de comida, helados y artesanías. Los alrededores de la región ofrecen atractivos para un par de días de estancia. Si dispone sólo de algunas horas, debe intentar ver: la "Cueva de la Danta", a 21 kilómetros de Doradal (10 por la carretera hacia Medellín y 11 por un desvío en buen estado), una impresionante caverna de 110 metros de profundidad, doble galería, lecho acuático, habitada por miles de guácharos bulliciosos. Vale la pena la experiencia. (Hay otras cavernas más grandes, pero menos cercanas). Volviendo a la carretera principal, 14 kilómetros adelante y después del puente sobre el río Claro, está la entrada al "Cañón del Rioclaro". Se puede ingresar en vehículo hasta una zona de parqueo, unos diez minutos; de allí se toma a pié por un sendero muy bello, desde donde se observa cómo el río ha labrado un largo pasaje entre paredes de mármol, creando una serie de piscinas naturales sobre lechos del mismo mármol y varias cavernas a los lados. Si el río baja cristalino, como suele suceder, el paisaje es irrepetible. Hay una extraordinaria vegetación, manadas de monos en las copas altas de los árboles y, en el centro del cañón, una cabaña de control y venta de refrescos. Puede tomar allí un delicioso baño. El estipendio de entrada es muy razonable.

De Río Claro a Medellín hay aproximadamente dos horas. Primero se atraviesa un sector entre grandes ríos, recién abierto entre la selva; luego de cruzar el puente del Calderas se inicia el ascenso a Cocorná, y luego a Santuario (donde hubo una famosa batalla que dio fin a la rebelión de Córdova contra Bolívar; Córdova, herido, fue asesinado allí poco después. Se conserva el lugar). Después de Santuario se está en el Valle de Rionegro, a 50 minutos de Medellín. Hay tres opciones de vías para bajar al Valle de Aburrá. Esta región se describe en los alrededores de la ciudad.


 

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