MICROSOFT Y BILL GATES, LA CONSOLIDACION DE UN IMPERIO
Por Federico Duran Soto
2020 © Colombiamania.com
Del PC al Smartphone / Serie / Capitulo 3
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Es imposible pretender hablar de Microsoft sin hablar de Bill Gates. Ciertamente es difícil para cualquier vecino escapar a la mítica figura, imagen y personalidad de un personaje que literalmente lleva 30 años siendo el hombre más rico del planeta. En un mundo obsesionado con el dinero y la riqueza no podría ser de otra manera. Una condición única que le implica ser invocado una y otra vez, cada tanto que un mortal en cualquier parte de la tierra exclama, “Si yo fuera Bill Gates, …”
Sin embargo, detrás del mito y la leyenda que encarna por derecho propio, es interesante comprender su universo más a fondo para develar sus motivaciones filantrópicas, sus logros sanitarios y en salud pública en el tercer mundo y sus nueva metas y obsesión en asuntos de energía nuclear.
No obstante, y lejos de ser un excéntrico dilapidador de millones y de estar pensando en erigirse pirámides y edificios monumentales para seguir alimentando su ego, Bill Gates es un intelectual y un lector consumado con propósitos mucho más altruistas. Pero sobre su personalidad nos concentraremos en otro capítulo. De momento volveremos a lo que nos interesa. Microsoft.
En la década del 70, las opciones de ocio en gran parte del planeta eran muy distintas a las de hoy, y estaban por completo desligadas de la tecnología. El mundo empresarial, era bastante más rudimentario. En aquellos años, en las oficinas se escribía o bien a mano o con una máquina de escribir. Las copias de documentos se hacían con papel de calco. En el mejor de los casos, alguna que otra pequeña o mediana empresa, lograba costearse una fotocopiadora propia.
La informática era muy distinta a la actual. El concepto de computador personal no existía. Solo existían centros de cómputo inmensos, apenas disponibles para empresas con grandes presupuestos como bancos, entidades gubernamentales y algunas universidades. Un escenario muy extraño para nuestra vida actual.
Es en medio de esa década, y en ese ambiente, cuando dos jóvenes, Bill Gates de 20 años y Paul Allen de 22, convencidos de que la informática personal era el futuro, pusieron en marcha el 4 de abril de 1975 una compañía llamada Microsoft, en principio dedicada al desarrollo del lenguaje Basic para los primeros ordenadores personales. Con ella perseguían cambiar la forma en la que se trabajaba entonces, además de llevar los equipos informáticos a las oficinas, a los centros de estudio y a los hogares.
Su gran oportunidad llegaría 6 años más tarde en 1981, cuando IBM decidió licenciar la arquitectura de su flamante IBM-PC, poniendo en marcha un proceso que acabaría revolucionando la industria de las tecnologías de la información. Otra decisión de IBM, ésta vez producto de una cadena de temores sobre demandas externas, les llevó a adoptar MS-DOS (Microsoft-Disk Operating System) como “sistema operativo” para su ordenador personal. La popularidad del IBM-PC y de sus clones dispararon la demanda de MS-DOS catapultando a Microsoft a niveles insospechados.
Lo cierto es que cuando Microsoft firmó el acuerdo con IBM, no sabía bien cómo cumpliría con su parte del contrato. La empresa, hasta entonces dedicada a crear programas de computación, no había desarrollado un sistema operativo como el que pedía IBM. Sin embargo, Gates y Allen, que entonces tenían 25 y 27 años respectivamente, sabían dónde buscar. Compraron los derechos de un sistema operativo llamado QDOS creado por Tim Paterson para la empresa “Seattle Computer Products”. El resultado fue el PC-DOS, como se conoció a la versión del sistema operativo que Microsoft licenciaría a IBM para sus computadoras personales.
De otra parte, IBM como líder mundial de la computación, había tenido que enfrentar muchas investigaciones antimonopolio y demandas legales por supuestamente ahogar a la competencia. Habían sido demandados por gente clamando que habían robado su código. Podría ser muy costoso para IBM incurrir en más ciertas disputas legales pues la verdad no les había ido muy bien. Así que, en sus términos de referencia dejaron explicito que querían un “Sistema Operativo” de entera propiedad de Microsoft. IBM sencillamente compraría las licencias. De manera que, de presentarse algún problema de propiedad intelectual, sería Microsoft quien enfrentaría demandas si las hubiese. Entonces el acuerdo liberaba y le permitía a Microsoft, vender su sistema operativo a otras fabricantes de computadoras. Esa decisión sería la clave que hiciera que el IBM PC se convirtiera en un estándar industrial en los años por venir, catapultando a Microsoft hasta la estratosfera.
El IBM PC, se lanzó el 12 de agosto de 1981, reuniendo todas las características deseables de un ordenador en una máquina pequeña con el prestigio de la marca IBM. No era barato, pero con un precio base de US $1 565 era al menos asequible para muchas empresas. Confiados por el gran respaldo y el logo de IBM en los PC´s, los consumidores respondieron alentados y motivados por las nuevas aplicaciones de hojas de cálculo que para entonces salían al mercado.
Para 1985, el exitoso MS-DOS comenzaba a dar muestras de desgaste, por lo que IBM pidió a Microsoft que desarrollase un sistema operativo nuevo para sus equipos: el OS/2. Microsoft lo hizo, pero para la fecha sus programadores ya estaban puliendo la “primera versión” del mundialmente conocido “Windows”.
La historia de los sistemas operativos para ordenador merece mención especial porque ha evolucionado en paralelo a la propia evolución del PC. Y, en esta trayectoria, Windows se eleva como el principal protagonista, pues fue el que logró democratizar la informática personal a nivel mundial y ha marcado todas y cada una de las etapas de su desarrollo, desde la llegada de Internet hasta la adopción de tablets o smartphones. Pero mirémoslo en detalle:
Aunque Microsoft ya se había labrado una excelente reputación con el MS-DOS los complicados mandatos basados en caracteres eran difíciles de aprender y utilizar. Se necesitaba con urgencia de un entorno gráfico.
Apple para entonces había desarrollado para sus equipos Macintosh un sistema mucho más intuitivo, basado en una interfaz gráfica con iconos. Pero a diferencia de IBM, la compañía de Cupertino decidió en 1984 no licenciar la tecnología de los Mac a máquinas de otras marcas, dejando vía libre a Microsoft, que en 1985 lanzó Windows, su propio sistema operativo gráfico.
Su primera versión, la 1.0, un desarrollo a medio camino entre una evolución gráfica de MS-DOS y un clónico de Mac OS, cosechó su primer gran fracaso. Pero en una actitud que con el tiempo se convertiría en una de sus constantes, Microsoft supo rectificar y mejoró el producto, hasta llegar a la versión 3.1, con la que Windows se consolidó en 1992. Aquel Windows 1.0 del que se mofaban los usuarios de Mac acabó barriendo a alternativas como el entorno gráfico GEM, de Digital Research; el NeXT de Steve Jobs, o el BeOS que impulsaba Jean Luis Gassé. Incluso superó a OS/2, que fue un prometedor desarrollo conjunto entre IBM y Microsoft hasta que la segunda desertó para centrarse en su propio proyecto, Windows para entornos corporativos.
Llegaría Windows 95 a finales de verano, alcanzando una enorme popularidad. Incluye ya el botón de Inicio y su menú, y cuenta con conexión a Internet por vía telefónica. Ese mismo año llega la primera versión del navegador Internet Explorer, lo que marca definitivamente la entrada de Microsoft en la web. En 1996 llega Windows NT, pensado para su instalación en ordenadores que formaban parte de una red. En 1997 llega Internet Explorer 4.0, que logra desbancar a Netscape, que había sido el líder hasta entonces. También llegó a un acuerdo con Apple para integrar Internet Explorer en el sistema operativo de los ordenadores Apple Macintosh.
En 1998, llegaría Windows 98 de la mano de una nueva etapa. Steve Ballmer al frente de Microsoft. Bill Gates lo nombró Presidente, pero él continúo siendo el CEO de la compañía. Poco después salta la noticia bomba: Bill Gates nombra CEO de Microsoft a Steve Ballmer, pasando a un segundo plano dentro de la compañía.
En octubre de 2001 llegan Windows XP y Office XP. El sistema cuenta con un diseño renovado Disponible en 25 idiomas y se caracteriza por su estabilidad y rapidez. El mismo año llega un nuevo reto para Microsoft: se adentra en el mundo de los videojuegos con su consola Xbox, un sector en el que se mantiene todavía hoy presente, con bastante éxito. Desde entonces hasta ahora, la compañía ha lanzado ya diversas variantes de su consola. Así, la Xbox 360, que tuvo más éxito que la original vio la luz en 2005. Para 2010 había vendido 35 millones de unidades.
Para 2002, Windows está presente en nueve de cada diez ordenadores domésticos. Además, en múltiples entornos, desde servidores corporativos basados en Windows 2000 y ordenadores de sobremesa y portátiles con Windows XP.
En 2004 empezaron los problemas legales para la compañía. En marzo la Unión Europea les abrió una investigación por abuso de posición dominante, que resultó en una multa de casi 500 millones de euros.
En 2006, Bill Gates anuncia que tiene planeado dejar de formar parte del día a día de Microsoft. Lo haría de manera gradual, durante un periodo de transición que duró algo más de dos años: hasta el 31 de julio de 2008. A partir de entonces, aunque no desaparece del todo de Microsoft, Gates comenzará a invertir más tiempo en la Fundación Bill y Melinda Gates, que había fundado con su esposa.
Mientras tanto, a principios de 2007 llega Windows Vista, que recibió en su momento bastantes críticas por ser muy pesado y consumir muchos recursos, lo que hizo que muchos siguiesen utilizando Windows XP.
En 2013, Microsoft anunció una de las operaciones más caras de la compañía pero también una de las más catastróficas: la adquisición de la división de móviles de Nokia por 7.000 millones de dólares. Un desastre absoluto.
El comienzo de 2014 marcó otra nueva etapa para Microsoft: el 4 de febrero, Steve Ballmer dejó de ser el CEO de Microsoft, y su puesto lo ocupó Satya Nadella. que comenzó una nueva era, más centrada en la nube. Ese mismo día, Bill Gates dejó de ser el Presidente de Microsoft. En 2015 llegó Windows 10, el sistema operativo para ordenadores de consumo más reciente de la compañía, que ha experimentado desde entonces diversas actualizaciones hasta 2020.
En perspectiva es claro que, en los inicios de la compañía, la necesidad tecnológica y la oportunidad histórica se combinaron felizmente con el azar. Pero la voluntad de negocio y la capacidad de adaptación de Microsoft a las tecnologías emergentes han jugado un papel cada vez más decisivo.
Cuando la maquinaria de Microsoft decide entrar en un entorno lo hace para quedarse, aunque haya llegado mucho después que la competencia. Eso vale para Windows, pero también vale para el resto de su ingente catálogo. Como el procesador Word, la hoja de cálculo Excel o el programa de presentaciones PowerPoint, que se han convertido en estándares. De hecho, la suite Office controla un 96% de cuota de mercado.
Microsoft demuestra su capacidad de reacción hasta cuando pierde el norte. Llegó tarde y mal a Internet, un entorno en el que no creía. Fracasó al crear su propia red propietaria, Microsoft Networks, pero se sacó la espina con su red MSN, que incluye servicios web masivamente utilizados, como el correo electrónico Hot Mail, el servicio de autenticación Passport, o el sistema de mensajería MSN Messenger. Su navegador Explorer empezó cuando ya se estaba generalizando el uso de Netscape, pero en la actualidad domina su mercado.
Finalmente, Microsoft anunció que entraba a formar parte de la Linux Foundation como Miembro Platino, aportando medio millón de dólares a sus arcas cada año. Un movimiento que suponía la constatación de lo que muchos venían notando desde la llegada de Nadella: un cambio radical de manera de pensar en la compañía con respecto a Steve Ballmer, que en 2001 llegó a calificar a Linux de cancer.
Desde entonces y hasta ahora, Microsoft no solo ha apostado cada vez más por las nuevas tecnologías, entre las que está la Inteligencia Artificial, el cloud computing, el marchine learning o la robótica. También lo ha hecho por el open source, lo que le ha llevado a operaciones como la compra de GitHub.
Además, en octubre de 2018 se unió a la comunidad Open Invention Network, a pesar de contar con más de 60.000 patentes, que decidió abrir. Ese mismo mes, Paul Allen, que llevaba ya varios años apartado de la vida cotidiana en Microsoft fallecía a causa de las complicaciones de un linfoma no-Hodking.
Estos son solo algunos de los proyectos que están en marcha en Microsoft, que a pesar de ser una de las tecnológicas más longevas del mundo, es también una de las que mejor se ha sabido reinventar para adaptarse, no solo al presente, sino también al futuro próximo.