TECNOLOGIA / DEL PC AL SMARTPHONE - Por Duranoff


Tecnología - 12 Septiembre de 2020 - 8:34 AM / Por Federico Duran Soto

IBM VS MICROSOFT Y APPLE, AUGE Y CAÍDA DEL GIGANTE AZUL / Por Duranoff ✍
Por Federico Duran Soto
2020 © Colombiamania.com

Del PC al Smartphone / Serie / Capitulo 1
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La historia que comenzamos a contar hoy es una historia completamente atípica, que se sale de todas las perspectivas y de todos los perfiles. Es el surgimiento de una energía colectiva, de una visión del mundo que se incuba dentro de una economía de posguerra en los años 40s y 50s para después florecer en medio de una agitada revolución pacífica en los 60s y 70s encabezada por jóvenes entusiastas que se rebelaron ante el sistema imperante. Es una historia de sueños de gomosos, de locos, de hippies, de la gente que uno menos se imaginaría pudiesen convertirse en actores y protagonistas de la cuarta Revolución Industrial qué habría de enfrentar y desafiar las más altas esferas del poder corporativo con la única e inquebrantable decisión de cambiar el mundo. 

Conversaciones en parques que se entrelazan unas a otras, intrigas, llamadas telefónicas, espionaje, historias de garaje, de chicos mechudos, de esquinas, de cachivacheros, de fe, de milagros, de cuartos de hoteles, de pizzas frías, de plagios, de sueños rotos, de demandas, de triunfos, de fracasos y de miles de intentos por crear mercados dónde aún no había nada para vender. Difícilmente podemos sospechar las dificultades y las formas tan poco convencionales y azarosas que se necesitaron para abrir camino hacia la concepción, desarrollo y masificación del computador personal, de la internet, del correo electrónico, de los buscadores, de las redes sociales, de las aplicaciones y de los smartphones que hoy inundan al planeta. He sido testigo excepcional de la transformación y de la revolución tecnológica que hemos vivido en las últimas cuatro décadas. Por lo tanto, ésta será mi versión. La de un “No Nativo Digital” con ganas de contarlo todo.

Si hacemos una aproximación económica a las décadas de los años 40s y 50s, nos encontraremos con dos acontecimientos interesantes. Por un lado, comienza a surgir en la vida urbana una nueva necesidad de manejo de datos y de información masiva. En otras palabras, las bodegas y almacenes requerían mejorar sus inventarios para mayor control y organización de sus mercancías, las empresas a manejar turnos, nóminas y contabilidades, las universidades coordinación de clases, horarios y salones para profesores y estudiantes, los hospitales turnos y disponibilidades, las entidades gubernamentales requerían almacenar todo tipo de registros, etc.

Esta fuerza demandó soluciones que muy pronto comenzarían a ser resueltas por algunos primeros conglomerados empresariales nacidos desde comienzos de siglo. Y el más notable para la época tenía nombre propio: International Business Machines, IBM. Ninguna, como esta empresa, dirigiría tantos esfuerzos en investigación y desarrollo para satisfacer las crecientes necesidades de dichos mercados.  Para la década de los 50s, no había realmente computadoras sino sistemas de cómputo.
El hardware, es decir, los aparatos que físicamente procesaban la información funcionaban con tubos de vació, lo que hacía necesario ubicarlos en habitaciones inmensas y ventiladas para disipar el grado de calor que generaban. Estos datos y códigos de instrucciones se ingresaban por medio de tarjetas perforadas y esta labor era llevada a cabo por múltiples operadores. A esta línea se le llamó la primera generación de computadoras.

Solo sería hasta diciembre de 1947, cuando los señores Bardeen, Brattain y Shockley, marcarían un punto de inflexión en el campo de la tecnología y la electrónica con el desarrollo del primer transistor, el transistor bipolar; un proyecto desarrollado en los Laboratorios Bell de la AT&T con el objetivo de encontrar un sustituto de las válvulas de vacío. Por este hallazgo, estos tres investigadores obtuvieron el Premio Nobel de Física en el año 1956 abriendo para entonces la primera puerta a la revolución tecnológica que nos traería a hasta nuestros días. Para ese mismo año y por encargo de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, la compañía IBM concibe, desarrolla e inventa el primer disco duro llamado “Ramac 305”.
El invento del transistor hizo posible una segunda generación de computadoras, más rápidas, más pequeñas, con menores necesidades de ventilación que utilizaban redes de núcleos magnéticos para almacenar datos e instrucciones. El reemplazo de estos tubos de vacío por el transistor, en la década de 1960, permitió reducir el tamaño de las computadoras, lo que llevaría la computación al ámbito comercial. Sin embargo, el costo seguía siendo una porción significativa del presupuesto de una compañía.
Para 1952, el nuevo presidente de IBM, Thomas J. Watson, Jr, se enfrentaba a una tarea de enormes proporciones. La compañía se encontraba en medio de un período de rápidos cambios tecnológicos, con tecnologías informáticas nacientes - ordenadores, equipos de almacenamiento en cinta magnética, unidades de disco, programación - el surgimiento de nuevos competidores y la incertidumbre del mercado.
Los altos ejecutivos de la empresa se preguntaban en privado si la nueva generación de liderazgo estaría a la altura para la gestión de la empresa a través de semejante período tan tumultuoso. Entonces, no menor al tamaño del reto, Thomas J. Watson Jr., comenzó por codificar la filosofía, prácticas, programas y políticas institucionales, bien conocidas hasta el momento, pero no escritas en IBM. Respondió con una reestructuración drástica de la organización, creando una estructura de gestión moderna que le permitiera supervisar la empresa de manera más efectiva.
Para la década de los 60s, IBM crecía a pasos agigantados creando no solo presiones organizacionales y desafíos de gestión significativas sino también enfrentando la necesidad de ir ampliando progresivamente las capacidades físicas de la compañía. Watson, Jr., también siguió colaborando con el gobierno de Estados Unidos para impulsar la innovación computacional. El surgimiento de la Guerra Fría aceleró la conciencia de la importancia de la informática digital del gobierno, e impulsó proyectos del Departamento de Defensa para el desarrollo de computadoras en la década de 1950. En el largo plazo, IBM entendía que, aunque los beneficios de los proyectos gubernamentales eran estupendos para sus arcas, lo que realmente les desvelaba, era el acceso a la investigación de vanguardia en las computadoras digitales que se realizaba bajo los auspicios militares.
En 1954, IBM fue nombrada como contratista principal para el desarrollo de hardware informático para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Trabajando en este sistema de computación y comunicaciones, IBM tuvo acceso a la investigación pionera que se estaba haciendo en el MIT, el primer ordenador digital en tiempo real. Esto incluía trabajar en muchos otros avances en tecnología informática, tales como memorias, sistemas operativos, pantalla de vídeo integradas, transmisión de datos por líneas telefónicas y redes geográficamente distribuidas.

Estas asociaciones gubernamentales, junto con la investigación pionera de tecnología informática y una serie de productos de éxito comercial, le permitieron a IBM emerger de la década de 1950 como la empresa de tecnología líder en el mundo. IBM fue la más grande de las ocho principales empresas de informática en los 60s. Para 1964 producía aproximadamente el 70% de todas las computadoras existentes y para entonces abrió uno de los centros de investigación más avanzados del mundo en Yorktown. Su personal y su tecnología jugaron un papel integral en el programa espacial y el aterrizaje de los primeros hombres en la Luna en 1969.
Sus operaciones internacionales crecieron rápidamente, produciendo más de la mitad de sus ingresos en los 70s y a través de la transferencia de tecnología hiló la forma en la que los gobiernos y las empresas se gestionaban a lo largo y ancho del globo, convirtiéndose no solo en un icono del mundo corporativo sino además consolidándose como una de las compañías más admiradas del mundo. Con un reconocido y singular ejercito de ejecutivos de traje azul, camisa blanca y corbata oscura reinaba triunfante el ahora temido y venerado gigante azul, apodado “Big Blue”.  
Hasta la década de 1980, IBM solo creaba computadoras para empresas. De hecho, el nombre completo de la compañía señala claramente cuál era su objetivo, pues IBM es un acrónimo de International Business Machines. Su mundo era perfecto e ideal y seguía en su posición de dominio total.
Su único problema es que había perdido de vista a una “novata empresa” fundada 4 años atrás en Cupertino, California. Esta empresa había presentado al público en abril de 1977, una pequeña computadora llamada Apple II, que terminaría por convertirse en el canon de lo que a partir de entonces debería ser una computadora personal.
Una computadora que, para su lanzamiento, IBM miraría como algo más cercano a un juguete que a cualquiera de sus Mainframes, estaba teniendo millones de ejemplares vendidos y aparecía en todas las revistas de tecnología. En los Estados Unidos ciertamente nacía una empresa importante, pero al mismo tiempo nacía una nueva religión llamada Apple Corporation. Y a la cabeza, más que un héroe, un evangelizador que respondía al nombre de “Steve Jobs”. La leyenda apenas comenzaba.
Esto inquietó un poco a las directivas de IBM y de cierta manera activó algunas alarmas para el gigante. Ante el creciente interés en las computadoras personales y sorprendidos con las cifras en ventas, IBM empezó a desarrollar su propio modelo de computador personal, bajo el nombre secreto de “Proyecto Ajedrez”.
Tradicionalmente IBM funcionaba con estrategias de integración vertical, es decir, construía la mayoría de los componentes clave de sus sistemas, incluyendo procesadores, sistemas operativos, bases de datos, periféricos y similares. Pero como había llegado tarde a la fiesta de las Computadoras Personales, decidió dar a terceros la producción de algunos de sus componentes. Entre estos, su sistema operativo. Para quienes no entienden mucho de informática, el sistema operativo son líneas de código que trabajan como el cerebro del computador. Es quien da las órdenes, enciende, procesa y ejecuta. Sin su existencia la maquina no hace nada.

¿Y porque IBM optó por no hacer su propio sistema operativo?

Pues resulta que el grupo de trabajo de IBM decidió hacer esto para ahorrar tiempo, costos y problemas. Según Jack Sams, miembro del grupo de trabajo de IBM, "Las razones eran internas. Tenían problemas siendo demandados por gente clamando que habían robado su código. Podría ser horriblemente costoso para IBM y habían perdido una serie de disputas legales en eso, así que no querían tener nada que ver con la autoría de los códigos. En sus términos de referencia querían un “Sistema Operativo” que fuese entera propiedad de su creador. Ellos simplemente lo comprarían a esa empresa. De manera que cualquier problema, sería la otra empresa quien enfrentaría demandas si las hubiese. Esa decisión sería la clave que hiciera que el IBM PC se convirtiera en un estándar industrial en los años por venir. Por lo tanto, el creador de ese sistema operativo, fuera quien fuere, estaba destinado a crecer hasta la estratosfera. 
El presidente de IBM para la época era John Opel, a quien le urgía hallar un desarrollador externo de este sistema operativo que se integraría a los computadores personales con los que IBM entraría a competir. Para tal efecto, ya tenía sobre la mesa los nombres de algunas pequeñas empresas que estaban haciendo estos desarrollos. Por los mismos días, conocería a Mary Maxwell Gates, una ejecutiva prominente y muy respetada de la ciudad de Seattle, quien, ejercía como miembro de la junta directiva y colaboraba en United Way, organización sin ánimo de lucro y en la que, por coincidencia del destino, tenía asiento John Opel, el mismísimo presidente de IBM.
Mary Maxwell Gates habló con Opel y le comentó sobre su hijo y de una empresa de software que este había fundado 5 años atrás. Una conversación que acabaría siendo clave, puesto que las negociaciones que estaban activas en ese momento con otra empresa llamada Digital Research comenzaron a tambalearse. Ante este imprevisto, IBM empezó a evaluar las otras opciones que tenía y entonces se acordó de aquella empresa de software que estaba dirigida por el hijo de Mary Maxwell. Dicha empresa se llamaba Microsoft. Días después, los ejecutivos de IBM entrarían en contacto con el entonces muy joven Bill Gates y su socio Paul Allen.
Pero antes de negociar con estas empresas, IBM les hizo firmar un acuerdo de confidencialidad. En su autobiografía "Un hombre de ideas", Paul Allen reveló que este detalle le dio a Microsoft una enorme ventaja: su principal rival, Digital Research, no aceptó firmar el acuerdo de confidencialidad y, tras una negociación frustrada, se bajó de la contienda. "Gracias a una casualidad, se nos dio la oportunidad de crear el producto más definitorio de finales de siglo", escribió Paul Allen.
El 6 de noviembre de 1980, Bill Gates y Paul Allen firmaron con IBM uno de los acuerdos comerciales más exitosos de la historia; hacerle el “sistema operativo” al primer “computador personal de la marca IBM”. Computador que al mismo tiempo estaba destinado a comerse el mercado y a devorarse a pedacitos al Apple II de Apple Corporation.
IBM se erigía entonces como una amenaza monstruosa para Apple, y Microsoft prendía motores para dispararse hasta las estrellas como empresa de software. 
El IBM PC, se lanzó el 12 de agosto de 1981, reuniendo todas las características deseables de un ordenador en una máquina pequeña. Tenía 128 kilobytes de memoria, uno o dos disquetes y un monitor a color opcional. Aunque no era económico, tenía el prestigio de la marca IBM. Con un precio base de US $1 565 era asequible para muchas empresas y terminaría por convertirse en el computador personal más exitoso hasta la época. Confiados por el respaldo y el logo de IBM en los PC´s, los consumidores respondieron con enorme entusiasmo, y en gran parte, también motivados con las nuevas aplicaciones recién creadas de hojas de cálculo que serían definitivas para el impulso en las ventas.  
Para 1984, ninguna empresa dedicada a la informática o las nuevas tecnologías podía compararse con el gigante IBM. Los beneficios de aquel periodo, superarían los 6.600 millones de dólares, convirtiendo al IBM PC en un éxito abrumador de tal magnitud que en un solo mes batiría las previsiones de ventas para cinco años.
Tras el éxito del IBM-PC, el mercado poco a poco se iría inundando de clones y el PC-DOS se convertiría en el estándar debido a su precio bajo. El trato con IBM permitió que Microsoft tuviera el control de su propio derivado MS-DOS, y con la comercialización agresiva de este sistema operativo a los fabricantes de “clones de IBM-PC”, Microsoft paso de pequeño vendedor a ser el principal vendedor de software en la industria del ordenador personal.
El computador “Lisa” de Apple Corporation salió como respuesta al IBM-PC a principios de 1983, y se convirtió en el primer ordenador personal que utilizara una interfaz gráfica y ratón. A pesar de las características, Lisa se vendió bien por su elevado precio. Al año siguiente, el 24 de enero de 1984 saldría al mercado el Apple Macintosh”.
Una de las principales novedades del Macintosh fue la también incorporación del ratón, así como la posibilidad de usar la autoedición, que permitía diseñar un documento antes de convertirlo en papel. Fue el primer ordenador en llegar a las masas, y en convertirse en fundamental en muchas oficinas de todo el mundo. Las previsiones de medio millón de unidades vendidas del Apple Macintosh hasta fin de año parecían que podrían cumplirse durante los primeros meses de 1984, pero poco a poco las ventas se fueron disipando. Muchos fueron los motivos, el alto precio $2.495, la escasa memoria RAM (128 Kbytes), una única unidad de disco, y la falta de software.
Para finales de la década de los 80, los directivos de IBM, ahogados en su propio éxito, habían perdido perspectiva de mercado. La masificación de los clones de IBM PC les pasaba factura. Nuevos jugadores entraban al mercado de los PC´s y mientras IBM y Apple luchaban a destajo en sus propios mundos, Microsoft comercializaba a brazo partido su sistema MS-DOS (misma alma del IBM PC) que terminaría materializándose en Windows 1, 2, 3 y el Windows 3.1 para 1992.
Para aquel entonces, IBM ya había iniciado un derrumbe interno que lo llevaría pocos años después al borde de la quiebra. El 19 de enero de 1993, IBM anunció pérdidas de por 8 billones de dólares, lo que fue el récord de pérdidas, en una empresa, de toda la historia de los Estados Unidos. A partir de entonces, comenzó a transformarse en una empresa de servicios, reduciendo su dependencia económica de la venta de equipos. En 2002, adquirió PricewaterhouseCoopers, aumentando su capacidad y practica en consultoría. En 2004 vende su división de PC a Lenovo.
En los últimos quince años al desarrollo de este escrito, la compañía que fuese tan próspera cuando la informática era un campo restringido a las grandes corporaciones o a proyectos públicos, entró en un proceso de reinvención absoluta y centró su generación de ingresos en venta de software, consultorías, servicios y en venta de tecnología intangible en general.

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